Nuestro mundo endiosado, autosuficiente, independiente y autónomo ha olvidado su condición de creatura.

Esta catequesis tiene la intención de recordarle un dato fundamental al ser humano: su humilde condición de creatura. Somos frágiles, no somos dioses todopoderosos, sino barro.

Pero este barro ha sido dignificado por Cristo, Verbo encarnado. Somos barro digno, nuestra dignidad viene de Cristo.

Somos barro que brilla gracias a Cristo,
pero siempre barro;
Somos barro que canta en los dedos del Alfarero,
pero barro, barro;
Somos vasijas de barro portadoras de un gran tesoro,
eso, vasijas de barro,
Somos barro transfigurado,
pero al fin y al cabo barro.