Interceder es orar. La oración es una poderosa arma del cristiano para vencer el mal. Con razón dice la Escritura “la oración eficaz del justo tiene poder” (Sant 5, 16).

Convencido de eso, por los miles de testimonios que he tenido personalmente y que he escuchado de otros creyentes, yo mismo he sido un promotor de la vida de oración como formador en los seminarios, como predicador, como pastor de algunas comunidades. Inclusive he escrito varios libritos de oraciones:
• El Rosario tiene poder,
• Oraciones al Espíritu Santo
• Las oraciones más bellas de la Biblia
• Oremos a María
• El poder de la alabanza
• Salmos que sanan y liberan
• Mi manual de oración
Pero si la oración en general es un arma poderosa, la oración
de intercesión, como lo vamos a exponer más poderosa aún.