La fe cristiana es un estilo de vida. Es una forma de ser y de vivir inspirada y guiada por el Espíritu Santo. La fe cristiana es un programa de vida. Este programa está detallado en la Sagrada Escritura, en el Magisterio y en la Tradición de la Iglesia. Los hombres de fe no viven de cualquier manera su existencia, sino que la ajustan a este programa que el mismo Dios les ha ofrecido.

En fin, la fe cristiana es un camino. Por eso hablamos del camino de la fe. La fe es el camino de los creyentes. Y los creyentes todos, se entienden, deben entenderse como peregrinos de la fe en el mundo. En el mundo existen para celebrar su fe, para vivir de su fe, para dar razón de su fe, para dar testimonio de ella y para comunicarla.

Los creyentes saben que con la fe obtienen la victoria en este mundo: “El que cree que Jesús es el Mesías,
ha nacido de Dios… Y todo el que ha nacido de Dios vence al mundo; y ésta es la fuerza victoriosa que ha vencido al mundo: nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?” (1 Jn 5, 4-5).