¿A quién no le gusta lo nuevo?

Preferimos tenis nuevos, queremos ropa nueva, celular nuevo, carro nuevo, juegos nuevos, experiencias nuevas….
Lo nuevo produce un gran impacto, tiene fuerza de atracción, seduce…
Pero ¿queremos corazón nuevo y vida nueva?

¿queremos ser hombres nuevos?

Somos imagen y semejanza de Dios y Dios es siempre nuevo…
El no envejece…
Es el mismo ayer, hoy y siempre… El es el creador de cosas nuevas,

y quiere que su máxima creación sea una creatura nueva, siempre nueva, a su imagen y semejanza.