Curso para Místicos
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Estamos llamados a vivir en profundidad el misterio de Cristo. En otras palabras estamos llamados a ser místicos.
El camino espiritual místico requiere, implica y a la vez realiza una verdadera experiencia de amor y de comunión con el Señor.
Para ello es indispensable tener de Dios una experiencia afectuosa, experiencia de ternura y de la inefable misericordia divina.
Descripción
La mística no es pues un discurso sino una vivencia, no se trata de pensar a Dios como hacen los teólogos, sino de vivirlo, de habitar en él, como hacen los místicos. La mística hace hombres y mujeres espirituales de la profundidad, que entran en contacto con el amor misericordioso de Cristo.
La mística es pues un conjunto de pasiones fuertes y profundas que nos movilizan a seguir a Cristo y a vivirlo en lo más hondo de nuestro corazón, como un fuego interior que nos incendia y nos lanza a la misión.
La mística es abrirse a Cristo que está entre nosotros, más aún en nosotros mismos, en lo más íntimo de nuestro corazón, y vivir de él, con él, por él y para él… hasta lograr una plena comunión con él.
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