Consagrados, Ustedes son la Alegría de la Iglesia
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San Juan Eudes, citando a san Cipriano, dice que los Religiosos son la alegría de la Iglesia. Y es verdad, nos lo ha recalcado el Papa Francisco. Los consagrados son como la parábola de la alegría para el mundo, un contingente de hombres y mujeres que pasan derramando alegría, dando razón de su alegría, mostrando al mundo ese torrente de alegría que es el Evangelio, y testimoniando que la alegría es fruto del Espíritu. Y es fruto del Espíritu porque se da en aquellos que renuncian a su propio espíritu para abandonarse al Espíritu de Jesús y ser ser conducidos en todo por El.
Descripción
La alegría de los Religiosos proviene del encuentro con Cristo, nos dirá el Papa Francisco. Esa alegría proviene de
la certeza de sentirse amados y salvados. El encuentro con Cristo produce tal alegría que hace que hombres y mujeres se consagren gozosamente a El para testimoniar, de manera radical en el mundo, la alegre noticia de la Salvación.
Pues bien, San Juan Eudes dice que los religiosos son la alegría de la Iglesia, y nos dice muchas más cosas bellas y sublimes sobre la vida consagrada. De su inmensa cisterna doctrinal, he sacado agua limpia para refrescar la hermosa vida religiosa, en este año dedicado a la vida consagrada.
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